Un espacio entre la leyenda y la memoria

17 de Noviembre de 2011.- Arternativo

Paola Martínez Ávila

Articulista

Como parte de las propuestas del Teatro Alternativo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), se presentó en el Teatro El Galeón, ubicado en el Centro Cultural del Bosque, Una memoria decapitada, que rompe con el teatro tradicional por ser un proyecto vinculado con aspectos tecnológicos, como el diálogo entre dos computadoras o el uso de la danza como un performance. En éste, el tiempo representa la leyenda de la princesa zapoteca Donají, en la cual se inspira el proyecto.

            La actual memoria zapoteca recupera dentro de su tradición oral (también escrita), el trágico destino de una princesa, hija del rey Cosijoeza y la amorosa Pelaxilla que, a su nacimiento un sacerdote de Mitla le revela su  destino, el que cumplirá por el amor a su pueblo. Más tarde, durante los enfrentamientos entre Mixtecos y Zapotecas, fue tomada como prisionera y decapitada. La leyenda cuenta que en el lugar donde fue enterrada se encontró una flor que nunca marchita.

            En general,la obra intenta recuperar y trasladar a los espectadores a nuestro tiempo, a través del uso de instrumentos usados en la época prehispánica y de reproducciones digitales de sonidos computarizados. El recurso más importante con que cuenta la obra, y quizá al que alude el nombre de memoria, es la recuperación y lectura cantada del nacimiento de la princesa y de los augurios del sacerdote llamado Tiboot. Todo, a través de textos del dramaturgo Enrique Guajiro López.

            El trabajo actoral quedó a cargo de Rafael Rosales y Olivia Luna, mientras que la parte narrativa se ejecutó por Gabriela Herrera Castrillón y, en su mayoría, por Carsten Wittmoser.

            La obra, combinación de instalación, ópera, performance, danza clásica y música, ofrece una gran experiencia, inunda los sentidos y deja una satisfacción tal que dan ganas de volver a verla. De gran calidad es la propuesta de la Colección de Teatro Alternativo.