Moisés Miranda: “Creo en un arte social”

•           “Hay que llevar el arte a las calles, a las banquetas, a los espacios públicos, a los terrenos baldíos, a las azoteas, a las casas”.
•             La materia prima de un creador es la imaginación, asegura.

ARMANDO MORA MORA

REPORTERO

Con un cielo despejado y un sol quemador de pieles, Moisés planta sus botines ante más de un centenar de visitantes, con la mirada intrigante y a la espera de ver qué hará el comediante. Miranda se acomoda la boina, se plancha con el calor de sus manos la blanca camiseta y al caminar bailotean sus bermudas a cuadros. Recorre la explanada y la hélice de un helicóptero lo espanta, corre y se refugia en un rincón de las puertas cerradas de los funcionarios delegacionales, no sea que se le vaya a caer encima. Con esta pantomima comienza la función.

            Moisés Miranda, con 32 años de experiencia como actor teatral de la calle, se reúne junto con muchos artistas, a partir de las tres de la tarde, en la explanada de la Delegación Coyoacán para crear un espectáculo diferente cada día y con una intención particular “lo que quiero comunicar a las personas es que todos los seres humanos somos sensibles, creativos y tenemos imaginación, y todos podemos generar un arte de la participación. Quiero que la gente participe dentro de mi espectáculo”.

            El espectáculo continúa, en la imaginación crea flores, las arroja a los hombres, éstos se las dan a sus acompañantes y ellas obsequian un beso a quien se las regaló, muchos suspiran “Aaahhh”, otros sólo ríen. Pide voluntarios para el siguiente acto, mueve las manos, señala gente, se burla de quien no pasa y halaga al que se anima. Hace pesas y reta al voluntario. Representa una iglesia cualquiera con su Dios y sus ladrones, con su campana y su monaguillo, con su sacerdote y los novios, alista todo para la boda. La gente pide “beso, beso” y lanzan arroz imaginario. Ésa es la fantasía que crea Moisés.

            Levanta la voz si la bocina no funciona. Su voz es grave, potente, al grado de llegar hasta el último puesto que vende artesanías, al caricaturista que dibuja o al niño sentado en una banca que come un helado.

Personajes y Anécdotas

Moisés se oculta en algún lugar, nadie sabe cuál, y salen personajes creados a lo largo de 32 años. Puede ser El qué pus qué de qué, un macho mexicano con voz de charro y acento campirano, El chisqueado, que significa “el que enloqueció”, o El Pitirijas, un soldado tonto que hace lo contrario de lo que dice el general.

            El actor comenta que mucha gente lo confunde con El Pitirijas, “un niño de aproximadamente cuatro años, sintiéndose muy maduro con la cara dura caminaba de la mano de su mamá, cuando pasó a un lado de mí, y sin perder el rostroserio le dice (con voz de charro)‘mira ma´, ahí va el mentao Pitirijas’, entonces fue muy bonito y es una anécdota que no se me olvida.

            “Los personajes que he creado en 32 años han salido de improvisaciones, y hay cosas que solamente una vez se dan. Muchas veces se van y ya no regresan, pero otras se quedan. La creación es un misterio, se va dando conforme se le invierte tiempo dentro de la imaginación. Los personajes nacen, crecen y mueren dentro del consciente o inconsciente colectivo. A veces surgen en años y se va incubando en la mente del creador. Hay veces que surgen inmediatamente”, expresa.

            Mientras el multifacético creador habla en una banca verde, debajo de la iluminaria de la plaza coyoacanense, la gente se acerca, primero un grupo de cuatro niños, más tarde lo rodean más de una decena de personas, pues lo reconocen y quieren saber quién es fuera de sus espectáculos. Pronto se van, algunos se quedan como las creaciones, algunas efímeras, otras permanentes.

El Desalojo de la Plaza

“Después de 26 años de tradición en la plaza, a Marcelo Ebrard se le ocurre quitar a todos los artistas de las plazas de la Ciudad de México (…) para rentarla y privatizarla, pero principalmente para hacerla elitista”, comenta. Los perredistas buscan “rescatar las plazas públicas, pero para ellos, no para la gente. Las plazas son públicas, son para la gente”, agrega.

    

        Y con la voz firme de sus espectáculos asegura:nosotros no nos vamos a dejar, y hace público que el diputado Leonel Luna Estrada desde la Asamblea Legislativa en conjunto con los artistas han hecho exhortos con todos los votos a favor para que todos los delegados abran las puertas al arte, lo cual no ha rendido frutos, así que reflexiona: ¿entonces quién manda?, (…) el delegado de Coyoacán, (Raúl Flores García del PRD) está por encima de la ley. No han hecho nada por el arte público. (…) La remodelación la usó para quitarnos, hace 2 años terminó y seguimos en la Delegación, ya estamos creando tradición dentro, pero no queremos estar allí, queremos estar fuera.

Aspiraciones y Felicidad

Sensibilidad, sensibilización, comunicación y armonía influyen en sus espectáculos. “Doy lo máximo para que cuando la gente vea un espectáculo en Televisa se dé cuenta que el arista no está dando todo. Busco que la gente identifique éste es artista burgués y éste es artista popular´”.

            Cada presentación termina con un mensaje para la reflexión: el camino a la felicidad es la felicidad misma, cita a Cantinflas, a quien considera una influencia para todos los comediantes de México y del mundo: la primera obligación del ser humano es ser feliz, la segunda obligación es hacer felices a quienes te rodean. Mencionó, con los ojos fijos como quien mira con honestidad: la felicidad esencial sería enamorarte de tu existencia.

            “Ya basta de criticar al mundo, hay que transformarlo. El 90% de responsabilidad la tienen los jóvenes y el otro 10% la tienen los dioses”.

            Por último, invitó al público de Arternativo a visitar Coyoacán y ver su espectáculo: vengan, dense una vuelta; hay mimos, payasos, cantantes y caricaturitas que estamos para servir al pueblo.

            Varios apretones de manos significaron la despedida de quien pocas ganas tiene de irse. Aceptamos un chocolate que nos ofreció, volvimos a estrechar las palmas y entró, nuevamente a escena con las agujetas bien amarradas de sus botines, plancha con el calor de sus manos la blanca camiseta, bailotea de nuevo sus bermudas a cuadros y elespectáculo inicia con la luna que aparece en la oscuridad de un cielo libre de helicópteros.