31 DE OCTUBRE DE 2011.- ARTERNATIVO
ARMANDO MORA
REPORTERO
Con un espejo de agua lleno de sed por las decenas de muertes en el Panteón CCH y un Borges asomado con bastón, traje azul, encorvado y sentado en una silla marrón con Aleph en las manos, observa a muchos universitarios que con rapidez y desánimo pasan a su lado sin detenerse y sin el mínimo interés de saber quién fue Jorge Luis.
El recorrido empieza a espaldas de la Torre de Rectoría, donde se encuentran danzantes y pancartas que protestan por el asesinato del universitario Carlos Sinhué Cuevas, ex alumno de la Facultad de Filosofía y Letras; también se hallan dos carros chocados y personas cubiertas con sábanas blancas representando la criminalidad que se vive en el país.
Con el listón rojo de la cámara al cuello y un lente un tanto sucio por el polvo que se esparcía en Las Islas me dispuse a tomar fotos y a dejarme llevar por la creatividad de la comunidad de la Máxima Casa de Estudios, quienes potenciaron su imaginación con los clásicos laberintos, ofrendas, tapetes de aserrín, hojas, harina, papel picado, entre otros materiales comestibles y no.
Recorrí un laberinto que me recordó al que presentaron en homenaje a Allan Poe hace dos años, así que pensé en las similitudes que podrían tener el escritor estadunidense y el argentino Borges, y concluí: la pasión por la muerte.
“La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene”, frase que pude ver en casi todos los trabajos, ya sea de ceceacheros, de preparatorianos, de alumnos de las escuelas nacionales, de las FES o del campus CU, así como de escuelas incorporadas a la UNAM.
La caminata por el espacio donde se juega comúnmente futbol, se avientan discos a los perros o simplemente se acuestan a descansar, se pobló de esqueletos borrachos ante la tumba del escritor, de catrinas sensuales con la pierna cruzada, de vestidos típicos mexicanos, de elegantes muertos sentados junto a la mesa donde se ofrendan frutas, panes, mole, tequila y una que otra cerveza para no perder la entonación al cantar con The sconek.t, quien inauguró la Mega Ofrenda 2011.
Personas de todas edades se dieron cita en la Universidad para conmemorar el Día de Muertos, pero a paso firme noté que a lo largo de los días que se presentaron las ofrendas, decenas mostraban trajes característicos de Halloween: disfraces con cuernos y cola rojos, vendas por todo el cuerpo, capas negras y colmillos aterradores, así como sombreros puntiagudos y uno que otro hasta vestido de superhéroe o luchador mostraba los músculos ante la cámara, lo que demostró que ni la UNAM se salva de costumbres gringas.
Decenas de ofrendas y tapetes inundaron Las Islas por seis días mientras el pasto sufría el maltrato y el descuido. Borges fue homenajeado por la Universidad Nacional y sus estudiantes, a los cuales les faltó mayor información del personaje quedándole a deber al escritor argentino que antes de los diez años tenía un resumen de la mitología griega, una traducción al español de El príncipe feliz de Oscar Wilde y un cuento publicado: La víscera fatal.
Descolgué la cámara y desmontamos el trípode para enfundarlos y guardarlos, pues quizá en Mixquic haya mejor material.
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